La hijastrastra de Ana no quería aceptar que su padre tenía una nueva novia, pero cuando conoció al hijo de su madrastra, no pudo resistirse a sus encantos.
La tierna amiga de su hermana se quedó a pasar la noche en su apartamento y terminó en su cama, explorando nuevas sensaciones juntas.
La madre de su amiga susurró al oído de él, prometiéndole no parar hasta que él alcanzara un éxtasis que lo hiciera olvidar todo lo demás.
La estudiante lo sedujo con su mirada provocadora y lo llevó a un lugar privado donde ella sería la encargada de hacer realidad todas sus fantasías.