La apretada vagina de su amiga lo hacía sentir como si estuviera en el paraíso, y él no podía tener suficiente de ella.
La apretada falda de su vecina hacía que sus piernas parecieran interminables, y no podía evitar imaginar lo que había debajo.
El pechugón vecino de al lado no podía resistirse a espiar a la apretada vecina de enfrente mientras se masturbaba, pensando en cómo sería estar dentro de ella.
La hijastra de José era tan apretada que él no podía evitar eyacular rápidamente, pero ella siempre se aseguraba de que siguiera disfrutando.
La madre de su amiga era una mujer mayor pero eso no impedía que fuera sumamente apretada, lo que lo llevó a un éxtasis increíble en el apartamento.
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La hijastrastra era tan apretada que su padrastro a veces tenía que detenerse para no eyacular demasiado pronto, pero ella no se rendía hasta lograr que él se corriera dentro de ella.
La apretada vecina del piso de abajo se quejaba constantemente del ruido que hacían en el apartamento, pero él sabía que en realidad era porque lo escuchaba gemir de placer cuando tenía relaciones con su novia.