FUI TRABALHAR COMO MUCAMA PARA PARAR DE SER VAGABUNDA, MAS A SRA ERA MUITO VAGADORA, NÃO PODERIA PARAR DE SER VAGA
La colegiala tomó la mano de su amante y la llevó a una habitación apartada, donde ella le mostraría que la inocencia podía ser el preludio de un fuego ardiente.
En el estrecho espacio del apartamento, se dejaron llevar por la pasión desenfrenada y el deseo intenso de no parar hasta que ninguno de los dos pudiera más.