En el apartamento, ambos sabían que no se rendirían hasta que los gritos de placer llenaran cada rincón, dejando claro que su deseo de continuar era inquebrantable.
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La hijastrastra se sorprendió cuando su padrastro le pidió que lo atara y lo dominara en la cama, pero ella no podía negarse a nada que lo hiciera feliz.