La apretada vecina del piso de arriba siempre lo saludaba con una sonrisa coqueta, y él no podía evitar preguntarse qué estaría pensando.
Él no podía creer lo apretada que era su nueva novia, cada vez que estaban juntos era una experiencia intensa y emocionante.
La hijastrastrastra de Pedro era tan apretada que le costaba mucho trabajo entrar, pero cada vez que lo lograba, era el cielo.
La madrastra de su amiga se había vuelto su amante secreta, y su apretada intimidad era una adicción que no podía resistir.