La apretada vagina envolvía el pene de su amante como un guante, haciéndolo gemir de placer en el apartamento.
La pechugona vecina de arriba siempre andaba en ropa interior por el apartamento y él no podía evitar mirar.
La pechugona vecina de arriba siempre andaba en ropa interior por el apartamento y él no podía evitar mirar.