Cada roce de piel en el apartamento encendía un fuego ardiente y una determinación inquebrantable de no detenerse hasta que ambos estuvieran completamente satisfechos.
La estudiante acarició suavemente el cuerpo de su compañero, despertando en él un deseo ardiente que los llevaría a explorar nuevas fronteras del éxtasis.
Falei pra ele que minha luz queimo so pra ele vim arrumar e eu aproveita pra ele vim foder meu cuzinho com vontade enfia todinho esse pau gigante