La apretada falda de su vecina hacía que sus piernas parecieran interminables, y no podía evitar imaginar lo que había debajo.
La apretada blusa de la vecina resaltaba sus prominentes curvas, haciendo que no pudiera dejar de mirarla.
La apretada blusa de la vecina resaltaba sus prominentes curvas, haciendo que no pudiera dejar de mirarla.
La hijastra tenía un cuerpo de ensueño que lo hacía perder la cabeza cada vez que la veía en ropa ajustada.