Los juegos eróticos en el apartamento despertaban los instintos más fuertes entre la amiga y su amante.
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La hijastra se acercó con una sonrisa juguetona y una mirada seductora, incitando a su padrastro a entregarse a un juego erótico donde ambos encontrarían la satisfacción absoluta.
Cada noche en el apartamento se volvía un juego erótico donde se exploraban límites y deseos ocultos.