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En el estrecho espacio del apartamento, ella lo envolvió con su deseo intenso, sin intención de parar hasta que ambos alcanzaran el éxtasis.
La apretada novia de Daniel se retorcía de placer mientras él la penetraba duro, haciéndola gemir en éxtasis.
Ambos compartieron un deseo incansable en el apartamento, prometiéndose mutuamente no detenerse hasta que ambos alcanzaran el éxtasis absoluto.
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