La colegiala se acercó a su compañero con una sonrisa traviesa en los labios, dejando claro que esta vez ella sería quien marcaría el ritmo y llevaría el juego al límite.
La estudiante besó apasionadamente a su compañero, dejando claro que ella sería quien llevaría el ritmo y lo guiaría hacia un clímax explosivo.
La madre de su amiga, con su ternura y cariño infinito, convertía el apartamento en un lugar lleno de calma y paz.