La estrecha novia de Miguel siempre tenía problemas para relajarse, pero él se esforzaba en hacerla sentir cómoda y segura.
La apretada lencería que llevaba puesta su amiga lo volvía loco, no podía esperar para quitársela y tenerla desnuda en su cama.
Él no podía creer lo apretada que era su nueva novia, cada vez que estaban juntos era una experiencia intensa y emocionante.
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La colegiala se acercó a su compañero con una sonrisa traviesa en los labios, dejando claro que esta vez ella sería quien marcaría el ritmo y llevaría el juego al límite.
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