La colegiala se acercó a él con una mirada traviesa y comenzó a explorar cada rincón de su cuerpo con sus suaves manos.
La hijastra, con su mirada apretada de deseo, se acercó a él en el apartamento, dejando claro que estaba dispuesta a continuar hasta que él alcanzara el éxtasis.
La estudiante lo sedujo con su mirada provocadora y lo llevó a un lugar privado donde ella sería la encargada de hacer realidad todas sus fantasías.
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La hijastra, con su mirada tentadora, seducía a su amigo cada vez que se encontraban en el apartamento.