En el sillón tántrico con nena de coño peludo, a ella le gusta coger en el sillón hasta correrse sobre mi verga.
Mi maestro me convenció para follar mi coño a cambio de enseñarme las tareas de la universidad. ¡No se lo digas a nadie!
A la salida de la ducha, mi empleada de coño peludo no se aguantó más y se montó en mi verga hasta sacarme mi corrida accidental, ¡todo por un aumento de sueldo!