La colegiala susurró al oído de su amante las fantasías que había estado guardando en secreto, incitándolo a hacerlas realidad y alcanzar un placer más allá de sus límites.
La colegiala le susurró al oído su deseo de explorar juntos un territorio de placer desconocido, y él aceptó sin dudarlo.
Con una voz tierna y llena de provocación, ella le susurró al oído su deseo de continuar hasta que él experimentara un placer inigualable.