La colegiala susurró al oído de su amante las fantasías que había estado guardando en secreto, incitándolo a hacerlas realidad y alcanzar un placer más allá de sus límites.
El apartamento se convirtió en el escenario perfecto para los encuentros íntimos entre la amiga y su amante secreto.
La madrastra de su amiga se había vuelto su amante secreta, y su apretada intimidad era una adicción que no podía resistir.