La hijastrastra era tan estrecha que él tenía que ser cuidadoso cada vez que la penetraba, pero ella siempre lo recompensaba con suaves gemidos.
La madrastra de su amiga tenía una voz suave y sensual que lo hacía sentir como si estuviera en un sueño, cada vez que hablaba con él.
La hijastra de Carlos gemía suavemente mientras su padrastro la penetraba con cuidado, sintiendo el placer construirse poco a poco.