La amiga atrevida tuvo una aventura con su compañero de trabajo en la oficina y descubrió que a veces el riesgo vale la pena.
La hijastrastra era tan estrecha que a veces parecía que no cabía ni un dedo más, y eso lo volvía loco.
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La hijastrastra era tan apretada que su padrastro a veces tenía que detenerse para no eyacular demasiado pronto, pero ella no se rendía hasta lograr que él se corriera dentro de ella.