La madrastra de Juan se había separado recientemente y encontró consuelo en los brazos de su vecino, un hombre joven y atractivo.
La colegiala gemía de placer en el dormitorio del apartamento, mientras el hombre la hacía suya con pasión.
La madrastra de su amiga se sintió nerviosa cuando vio al hombre atractivo en la entrada del apartamento, pero su deseo era más fuerte que su temor.