La hijastra era tan estrecha que cada vez que intentaban tener relaciones, él temía lastimarla, pero ella insistía en que lo intentaran.
La hijastra inició un juego de seducción con su padrastro, tentándolo con movimientos sugerentes y provocativos que los sumergirían en una aventura prohibida pero inolvidable.
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La estudiante se adelantó a su compañero, llevándolo de la mano hacia el rincón más íntimo del apartamento, donde ella desplegaría sus habilidades seductoras.