El amigo, con su magnetismo tentador y gestos llenos de pasión, encendía la llama de la atracción en el aire íntimo del apartamento.
El amigo, con su cuerpo fuerte y su presencia dominante, llenaba el apartamento de una energía intensa y excitante cada vez que se veían.
La amiga de mi hermanastra vino a mi apartamento para que le ayudara con un trabajo, pero terminamos trabajando en otra cosa muy distinta.
El amigo, con su voz intensa y sus abrazos fuertes, era un refugio para la hijastra en el cálido cuarto del apartamento.